De acuerdo a los múltiples relatos de supuestos contactados, los
aliens no sólo son de carne y hueso como nosotros, los hay también en
otras dimensiones en el que básicamente son energía. También llamados
“seres de luz”, estas supuestas entidades pueden estar presentes en
cualquier lugar del Universo a voluntad y conocen cada una de las
acciones que realizamos. Según sostienen, de vez en cuando alguno de
ellos es designado a encarnar en un cuerpo humano de la Tierra para
cumplir una importante misión. Eso fue lo que, según ella misma dice, le
habría pasado a Inelia del Pilar Ahumada Ávila, una mujer chilena que
es conocida en el ambiente esotérico como: “Inelia Benz”.
Entrevistada
por Bill Ryan del programa Proyecto Avalon, Inelia describe sus
“extraordinarios poderes extrasensoriales” y también explica cómo cada
uno de nosotros podría alterar su propia línea de espacio-tiempo
(realidad) y la del mundo entero.
Si bien nació en nuestro país, a
temprana edad se fue a vivir a Inglaterra, posteriormente a Irlanda,
luego España, regresó por un tiempo a Chile y finalmente se radicó en la
ciudad de Sacramento en Estados Unidos.
Una de las cosas curiosas
que contó en la entrevista es que como es primera vez que usa un cuerpo
humano, al principio, cuando era una niña, le costó mucho utilizar los
ojos, dado que veía “sólo a través de la glándula pineal (“tercer ojo”) y
no por sus retinas”, como el resto de los mortales y por lo mismo,
pasaba cayéndose.
También llama la atención su particular forma de
obtener información de las cosas que desconoce: Asegura que cuando no
sabe algo, simplemente le llega lo que quiere saber de forma automática.
Es como cuando “descargamos información desde Internet”, sólo que no
necesita de un computador, sino sólo su mente. Así, ha podido conversar
con personas de distintos idiomas que jamás había aprendido…
La Misión
Inelia
Benz, publicó en su sitio web “ascension101.com” que ella llegó aquí,
al igual que otros millones de seres, para elevar el nivel de vibración
del planeta, incluyendo la colectividad humana que es parte de él. Sin
embargo, no sabía cómo hacerlo y en el camino ha tenido que lidiar con
errores, derrotas, peligros y lesiones.
La convicción de utilizar
la web para darse a conocer, ser una figura pública y ayudar a las
personas a mejorar su realidad, la tomó en enero de 2010, cuando
supuestamente fue la propia “Fuente” (Yo Superior) la que se lo pidió.
Dialogar con nuestro “otro yo”
Una
de los tips que señala en la entrevista que concedió a Proyecto Avalon,
para cambiar nuestra línea de tiempo, es intentar comunicarnos con
nuestro “otro yo” de una realidad alterna (universo paralelo). Según
ella, esos alter egos nos mandan mensajes para advertirnos de cosas
buenas o malas que nos podrían ocurrir. Al tomar en cuenta estos
consejos podemos cambiar nuestra realidad y tener una línea de tiempo
positiva para nosotros.
Siéntate o acuéstate cómodamente con tu espalda recta y cierra los ojos. Toma aire profunda y lentamente hacia tu abdomen, luego exhala lo más rápido que puedas.
Repite, toma aire lentamente, y luego suéltalo lo más rápido que puedas.
Y una vez más, inhala despacio, despacio, luego exhala rápidamente. Ahora continúa respirando a tu propio ritmo.
Escanea tu cuerpo físico desde la cabeza hasta los dedos de los pies, para encontrar la energía del miedo.
Busca el miedo. Si no lo puedes encontrar, lee uno de los miedos de tu lista y escanea tu cuerpo de nuevo.
Una vez encuentras miedo en tu cuerpo, simplemente obsérvalo. No lo analices, solo obsérvalo. Deja que esté allí. Deja que exista. Deja que crezca y sea lo que es.
Se puede manifestar en una incomodidad física, como un nudo, un dolor, energía localizada, o a través de un pensamiento o una memoria, o simplemente puede ser la emoción del miedo.
Solo míralo.
Obsérvalo.
Siéntelo.
Deja que esté aquí.
Y dile, “miedo, eres bienvenido aquí.”
Te doy la bienvenida aquí.
Dale la bienvenida y permite que crezca.
Permite que se haga cada vez más grande.
Permite que crezca y crezca… lo más grande que le sea posible
Deja que sea lo más grande que pueda ser.
Permite que el miedo se exprese para ti.
pero no analices.
Simplemente permite lo que sea que venga.
Aunque sean palabras
pensamientos,
memorias,
Rastréalo si se transforma en otra emoción,
o si cambia su localización en el cuerpo.
Sin importar en lo que se convierta, dale la bienvenida a la nueva expresión. “pensamiento, eres bienvenido aquí … emoción, eres bienvenida aquí, palabras, memorias, miedo, eres bienvenido aquí.
Eres bienvenido aquí.
Míralo, Obsérvalo.
Ahora, permítete acercarte y abrazar el miedo en cualquier expresión que este haya escogido. Dale amor y luz y permite que exista.
Agradécele por cualquiera que haya sido el trabajo que tenía para ti, y por estar contigo por tanto tiempo.
Ahora, suéltalo y entrégalo a La Unidad. Permite que vaya libre hacia La Fuente.
Respira profundo ahora. Mientras Inhalas, inhala amor y luz. Y cuando exhales, deja que esa luz y amor vaya y llene el espacio donde solía estar el miedo.
Ahora, simplemente respira despacio y profundamente.
Inhalando luz y amor, y cuando exhales permite que la luz y el amor se extienda por todo tu cuerpo y fuera hacia tu entorno.
Ahora, escanea tu cuerpo desde la cabeza hasta los dedos de los pies para ver si quedó algo de este miedo. Si ha quedado algo, repite el ejercicio inmediatamente. Si no, puedes usar tu lista para hacer el ejercicio de nuevo, o terminar ahora abriendo los ojos y estirando bien el cuerpo.
Repite este ejercicio a diario hasta que no tengas más miedo en tu vida.
Ejercicio para Procesar el Miedo
Puedes hacer este ejercicio en cualquier momento, cada vez que sientas miedo. Para mejores resultados, es ideal hacerlo en un lugar privado y silencioso, trabajando con una lista de miedos que haz escrito previamente.
Siéntate o acuéstate cómodamente con tu espalda recta y cierra los ojos. Toma aire profunda y lentamente hacia tu abdomen, luego exhala lo más rápido que puedas.
Repite, toma aire lentamente, y luego suéltalo lo más rápido que puedas.
Y una vez más, inhala despacio, despacio, luego exhala rápidamente. Ahora continúa respirando a tu propio ritmo.
Escanea tu cuerpo físico desde la cabeza hasta los dedos de los pies, para encontrar la energía del miedo.
Busca el miedo. Si no lo puedes encontrar, lee uno de los miedos de tu lista y escanea tu cuerpo de nuevo.
Una vez encuentras miedo en tu cuerpo, simplemente obsérvalo. No lo analices, solo obsérvalo. Deja que esté allí. Deja que exista. Deja que crezca y sea lo que es.
Se puede manifestar en una incomodidad física, como un nudo, un dolor, energía localizada, o a través de un pensamiento o una memoria, o simplemente puede ser la emoción del miedo.
Solo míralo.
Obsérvalo.
Siéntelo.
Deja que esté aquí.
Y dile, “miedo, eres bienvenido aquí.”
Te doy la bienvenida aquí.
Dale la bienvenida y permite que crezca.
Permite que se haga cada vez más grande.
Permite que crezca y crezca… lo más grande que le sea posible
Deja que sea lo más grande que pueda ser.
Permite que el miedo se exprese para ti.
pero no analices.
Simplemente permite lo que sea que venga.
Aunque sean palabras
pensamientos,
memorias,
Rastréalo si se transforma en otra emoción,
o si cambia su localización en el cuerpo.
Sin importar en lo que se convierta, dale la bienvenida a la nueva expresión. “pensamiento, eres bienvenido aquí … emoción, eres bienvenida aquí, palabras, memorias, miedo, eres bienvenido aquí.
Eres bienvenido aquí.
Míralo, Obsérvalo.
Ahora, permítete acercarte y abrazar el miedo en cualquier expresión que este haya escogido. Dale amor y luz y permite que exista.
Agradécele por cualquiera que haya sido el trabajo que tenía para ti, y por estar contigo por tanto tiempo.
Ahora, suéltalo y entrégalo a La Unidad. Permite que vaya libre hacia La Fuente.
Respira profundo ahora. Mientras Inhalas, inhala amor y luz. Y cuando exhales, deja que esa luz y amor vaya y llene el espacio donde solía estar el miedo.
Ahora, simplemente respira despacio y profundamente.
Inhalando luz y amor, y cuando exhales permite que la luz y el amor se extienda por todo tu cuerpo y fuera hacia tu entorno.
Ahora, escanea tu cuerpo desde la cabeza hasta los dedos de los pies para ver si quedó algo de este miedo. Si ha quedado algo, repite el ejercicio inmediatamente. Si no, puedes usar tu lista para hacer el ejercicio de nuevo, o terminar ahora abriendo los ojos y estirando bien el cuerpo.
Repite este ejercicio a diario hasta que no tengas más miedo en tu vida.
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